¿No os ha ocurrido que a menudo acuden a la farmacia pacientes diciendo: “No lo entiendo, estoy haciendo dieta y ejercicio, pero no pierdo peso”? Lo habitual es que, si se realiza una dieta saludable y ejercicio físico de forma regular, el peso disminuya. Sin embargo, en algunas ocasiones, esto no sucede.
El problema radica en no se aborda el control de peso de una manera integral y nos olvidamos de que existen muchos factores que se relaciones con la obesidad y el sobrepeso y que no se está teniendo en cuanta a la hora de perder peso.
Este libro, ¿Por qué no pierdo peso? (si hago dieta y ejercicio), elaborado por Laura Rojas, dietista-nutricionista de los Laboratorios Forté Pharma, recoge algunos aspectos que a veces nos dificultan recuperar un peso saludable.

Aspectos como la microbiota intestinal, el sueño, el estrés y las vitaminas y los minerales, destacan como algunos de los principales factores que impiden alcanzar los objetivos en la pérdida de peso.
La disbiosis se relaciona con una mayor predisposición a la obesidad y trastornos metabólicos. La menor diversidad bacteriana y el desequilibrio entre a relación entre Firmicutes y Bacteroidetes puede hacer que obtengamos más energía de los alimentos y, por tanto, se aporte más cantidad de calorías a nuestro organismo. Así que, ayudar a requilibrar nuestra microbiota intestinal y apostar por cepas probióticas con evidencia científica en la pérdida de peso, puede ser una de las estrategias que podemos seguir desde la farmacia comunitaria.
El sueño es otro de los factores importantes. Cuando el ciclo de vigilia y sueño se altera o se duerme menos las 7 horas diarias recomendadas, las hormonas que regulan el hambre y la saciedad se ven afectadas. Se disminuye los niveles de leptina y aumenta los de grelina, por lo que hay una menor saciedad y mayor apetito. Además, se genera un círculo vicioso, ya que la obesidad predispone a una peor calidad del sueño. Conlleva problemas respiratorios, como la apnea del sueño, estrés y ansiedad que dificultan el descanso, por lo que preguntar por este tema será fundamental para realizar un correcto abordaje nutricional.
También debemos tratar el problema del estrés, tan perjudicial para nuestra salud, como ya sabemos. El estrés genera un aumento de cortisol que provoca un aumento de insulina que a su vez, genera un incremento de apetito y mayor deseo por alimentos altamente calóricos y poco saludables. Lo que se traduce en un aumento de peso: se almacena mayor cantidad de grasa y aumenta el número de sustancias inflamatorias en el hígado. Gestionar el estrés y apostar por la recomendación farmacéutica de plantas adaptógenas será de gran interés para vuestros pacientes.
Finalmente, las vitaminas y minerales también juegan un papel clave. Y es que la mayoría de las dietas de adelgazamiento no cubren las necesidades diarias de vitaminas y minerales. Esto no solo acaba generando falta de energía, sino que la carencia de vitaminas y minerales se asocia con un mayor índice de obesidad. El uso de un multivitamínico ayuda a disminuir la grasa corporal.
Pero, no nos engañemos, la dieta y el ejercicio siguen siendo uno de los grandes pilares en el control de peso. Entre las recomendaciones dietéticas que se pueden realizar desde la farmacia comunitaria se encuentran: la dieta mediterránea y el método del plato que nos ayudará a explicar fácilmente a nuestros pacientes como comer de forma equilibrada. Y siempre acompañado de ejercicio físico diario para mejor su salud.
Podéis recomendar a todos vuestros paciente el libro: ¿Por qué no pierdo peso? (si hago dieta y ejercicio), dónde encontrarán consejos para cambiar sus hábitos y llevar un estilo de vida saludable. Y por supuesto, para vosotros como profesionales sanitarios, ¡también puede ser de gran interés!
Puedes descargártelo de forma totalmente gratuita aquí. ¡Esperamos que os guste!